El Monte de las Ardenas

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

que den veracidad de este suceso. Sin embargo no son pocos los relatos de valientes aventureros, que en búsqueda de artilugios de guerra, se adentran en el bosque y exploran los derruidos y maltrechostúnelesque conforman las redes debúnkeresabandonados tras la guerra y que, tras varias horas de caminata llegan a un monte que ninguno a logrado ubicargeográficamente, pero que todos aseguran, es el lugar donde extraños sucesos ocurren.

Aunque tal vez lo mejor sea contar esto desde el principio. El bosque de las Ardenas fue testigo de una de las batallas más importantes de la guerra, conocida como la “Batalla de las Ardenas”, en la cual el ejércitoalemánen un movimiento desesperado por darle un golpe fatal a las fuerzas aliadas en el frente occidental planificó y llevó a cabo una gran ofensiva con el objetivo de frenar el avance aliado y de esta forma, poder enviar más recursos y soldados al frente oriental, en el cual los alemanes no la estaban pasando nada bien. Si bien dicha ofensiva fracasó, eso no quita que fue una de las batallas más sangrientas de toda la guerra, siendo ese bosque el último lugar que más de 30.000 almas vieron antes de morir encircunstanciasviolentas, quienes vivieron para contarlo han quedado irremediablemente marcados por las experiencias vividas durante la batalla, peroquizásquienes tengan la historia más desgarradora sean lossobrevivientesde ladivisión98 deinfanteríaestadounidense.

Estadivisiónfue encomendada con la tarea de despejar una red debúnkeresfuertemente custodiados por lo que quedaba de la9nadivisióndeinfanteríay la11badivisióndeinfanteríamecanizada alemana, ubicadas en una colinabastantenotoria gracias a los fuertes impactos deartilleríaque tenía. Los hombres de ladivisión98 pensaban que sería un trabajofácil, al fin de cuentas las divisiones alemanas apostadas en esa colinahabíansufrido grandes bajas por fuego deartillería, que equivocados estaban…

El primer intento por tomar la colina fue un ataque deartilleríaseguido por un ataque deinfanteríaque tenía como objetivo despejar lo que quedará de resistencia en la zona, pero los alemaneshabíanprevisto el ataque yhabíanexcavado aun más dentro de el monte, usando dichos túneles como un improvisado refugio de el ataque deartilleríay, al terminar el ataque se desplegaron a lo largo de los ya bastante destrozadosbúnkeresquehabíaen la colina, esperando a los estadounidenses, quienes en su arrogancia esperaban encontrarse solamente concadáveresy heridos.

Cuando los estadounidenses llegaron fueron recibidos con una lluvia de balas y granadas, los estadounidenses fueron sorprendidos y en el caos en el que se encontraron entraron enpánico, para los alemanes fue como jugar tiro al blanco ya que prácticamente no huboningúnintento de contraataque por parte de los soldados de la 98, la sangre tiñó de rojo la colina y los cuerpos despedazados por las balas y granadas seesparcieronpor toda suextensión,dándoleun aspecto grotesco al lugar. Ese no fue más que el primero de muchos intentos por tomar la colina, todos y cada uno de ellos fracasaron y dieron como resultado una enorme cantidad de muertos y heridos. sin embargo los alemanes tampoco la pasaron nada bien, a medida que pasaba el tiempo la comida se iba agotando al igual que las balas y elcombustiblequemanteníaandando los generadores de losbúnkeres. Asímismo los destrozados túneles ya nosuponíanun refugio delfrióinvernal que asolaba el bosque especialmente durante las noches y la ropa de abrigo escaseaba entre las tropas.

A pesar de todo, los alemanes nunca se plantearon la retirada, ya quesabíanque de fracasarallílos aliadostendríanpaso libre haciaAlemania, por lo que siguieron luchandoallídonde estaban.

Mientras tanto los soldados de ladivisión98 se cansaron de llorar a sus muertos y lamayoríadesarrollóun profundo miedo hacia dicha colina ya que consideraban que atacarla erainútily nadiequeríaser carne decañónen contra de las defensas alemanas, por lo que el general de ladivisióndecidióque lo mejor era rodear la colina y esperar a que los alemanes se rindieran o en su defecto, murieran de hambre.

Pasaron las semanas y entre los soldados alemanes empezaban a brotar la locura y la enfermedad.

Elfríole congeló a muchos las extremidades, generando dolorosas gangrenas, literalmente se estaban pudriendo en vida, otros ante la falta de alimentos recurrieron al canibalismo,comiéndoseloscadáveresque se encontraban por todo el monte y bebiendo la nieve, que por culpa de las escaramuzas estaba manchada de sangre y vísceras,tambiénhubo muchos quecaíanen incontrolables ataques depánicoy empezaban a gritar hasta prácticamentedesgarrarselas cuerdas vocales, sin embargo esto no quedóahí, ya que los estadounidenses bombardearon en repetidas ocasiones el monte, por lo que los alemanespermanecíanla mayor parte del tiempo en lostúneles, en completa oscuridad y compartiendo espacio con sus compañeros muertos, los cuales no sacaban afuera de los túneles por temor a el fuego deartilleríaaliado , lo que derivó en que aquellos túneles tuvieran unpútridoy enfermizo olor que causaba náuseas incluso al más inmutable de los soldados.

Llegado el mes desde que inició el ataque al monte, el general dedivisiónle ordenó a la 98 avanzar con extremaprecaucióndesde todos los flancos y limpiar el monte de cualquier tipo de resistencia. Para sorpresa de los soldados de la 98, no huboningúntipo de respuesta por parte de los alemanes, lo que les hizo pensar que los alemanes finalmentehabíanmuerto de hambre. Si bien el monte lucía una horrible imagen gracias a loscadáveresdestrozados y loscráteresproducto de diversas explosiones, nada de eso secompararíaa lo que los soldados de la 98 encontraron dentro de los túneles de aquel monte.

Al ingresar un pequeño grupo de soldados armados con pistolas ysubfusiles(gracias a lo ventajosas que eran estas armas en espacios cerrados) se encontraron con un panorama desolador, a lo largo y ancho de los túneleshabíasangre y huesos con claras marcas de mordiscos, de hecho al principio los soldados teorizaron que, al morir de hambre los alemanes, esos túneleshabíansido tomados por una manada de lobos quienes sehabíandado un macabrofestíncon sus restos, sin embargo estateoríafuerápidamentedesechada ya que nohabíalobos enBélgica, entonces¿quéhabíapasado?

Los soldados siguieron avanzando,adentrándosecada vez más en los túneles yencontrándosecon más restos humanos, sin embargo ahora los huesos presentaban algunos pedazos de carne y tendones aun pegados aunque con claras muestras deputrefacción. Finalmente, al llegar a lo más profundo de dichos túneles, se encontraron con algo que nunca olvidarán. En el pisohabíacadáveresdespedazados y podridos, las entrañas estabandesparramadospor el suelo y las paredes, los que enalgúnmomentohabían sido elegantes uniformes militares alemaneshabíansido reducidos a sangrientos harapos quecubríanlos cuerpos de aquellos soldados. Y sin embargo, a pesar de lo grotesco de lasituacióny lo improbable que pueda parecer, entre loscadáveresse encontraban algunos alemanes sobrevivientes, aunque realmentecostaballamarlos sobrevivientes ya que se encontraban en tal estado que cualquiera hubiera preferido la muerte antes que terminar de tal forma.

Los sobrevivientesteníanla piel pegada a los huesos,parecíanesqueléticasbestias, sin embargo nosuponíanningúnpeligro ya, noteníanfuerzas ni para levantarse y no hubieran podido aunque quisieran ya que sus extremidadeshabíansido alcanzadas por la gangrena y lo que anteshabíansido piernas y brazos, ahora eran bultos de carne putrefacta y congelada que yacarecíande cualquier utilidad incluso para el peor de loscarroñeros, sus ojos miraban hacia el piso y todos cantaban lacanciónalemana “Erika” en lo queparecíaun acto de locura colectiva.

Los soldados de la 98 que bajaron a esos túneles quedaron completamente atónitos y trataron de pensar que hacer con esossobrevivientes. Finalmente dieron con laconclusiónde que esos alemanes estaban en un estado irrecuperable y que probablemente el solo hecho de sacarlos deallílosmataría, por lo que decidieron que lo más humanitario era acabar con el sufrimiento de estos pobres soldados de un certero tiro a la cabeza. Al acabar con la tarea y salir deallídinamitaron las entradas a esos túneles para darle lo mas parecido a una sepultura quepodíandarles a esos soldados, ya que el olorpútridode esos túneles no lespermitíaestar más tiempo, por lo que no pudieron sacarningúncuerpo.

Ahora que sabes un poco la historia tepodráspreguntar¿quétiene que ver esta horrible historia confantasmas?bien, se dice que las almas de esos soldados alemanes custodian la montaña y sus túneles aún después de muertos. Muchosfanáticosde los artilugios militares visitan el bosque de las Ardenas todos los años en búsqueda de balas, cartuchos, cascos ydemásmaterial militar abandonado a laintemperie. Muchos afirman que después de largas caminatas,adentrándoseen elcorazóndel bosque hay un monte que muestra obvias marcas de bombardeo y que aúnconservaen pie algunos de los destrozadosbúnkeresque alguna vez sirvieron de refugio para las tropas alemanas.

Dicen que no es raro escuchar voces que susurran lacanción”Erika” o ver sombras que teobservandesde los derruidosbúnkeres. Incluso se pueden escuchar disparos a lo lejos, casi como si algo te estuviera advirtiendo de no adentrarse más enel bosque. El relato más escalofriante pertenece a un joven español llamadoDaniel, quien es un gran coleccionista de material militar, lo que lo llevó a buscar innumerables veces en lugares tales como la playa de Normandía o el río Rín, lugares que se puede permitir visitar gracias a su posición económica, sin embargo el cuenta que la más memorable y aterradora de sus búsquedas ocurrió en las Ardenas.

El dice que al adentrarse más y más en el bosque, dio con el tan nombrado monte y, seguro de que allí encontraría artefactos de la guerra, no dudo en entrar en los búnkeres que todavía no habían sucumbido al paso del tiempo. Una vez dentro del primer búnker se encontró con lo que parecía la entrada de un túnel que mostraba claros indicios de que había tratado de ser dinamitado, pero por alguna razón las cargas explosivas de esa entrada no habían detonado, Daniel, quien no es ningún tonto sabía que no era buena idea adentrarse en ese túnel, ya que la dinamita todavía podría estar activa y un túnel tan antiguo podría derrumbarse en cualquier momento, por lo que decidió que lo que pudiera encontrarse allí no valía la pena.

Sin embargo, cuando estaba a punto de volver a su búsqueda de artilugios militares, escucho unos pasos a la distancia, parecían provenir del túnel y venían en su dirección. Al principio Daniel pensó que eso era una mala jugada de su subconsciente, pero luego pudo escuchar de forma nítida como unas voces rasposas y guturales cantaban con increíble sintonía la tan famosa canción “Erika”, dichas voces se escuchaban cada vez más cerca y Daniel, sin dudarlo salio corriendo del lugar para nunca mas volver ya que el miedo que le generó esa experiencia fue mayor a cualquier tipo de curiosidad que los artilugios militares le pudieran generar.

Ahora que conoces esta historia ¿te atreves a visitar el bosque de las Ardenas?

— Via Creepypastas

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