El hombre sin ojos

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Era el 30 noviembre del 2004, como siempre yo y mis amigos nos disfrazamos para la fiesta que organizaba mi escuela y luego irnos a recoger dulces.

Pero mientras paseábamos por el pueblito (no es muy grande) a mi amigo Marco se le ocurrió una idea: irnos a el casa abandonada en medio del campo de girasoles.

Todos aceptamos el reto y tomamos las bicicletas, en menos de media hora ya habíamos dejado atrás el bosque y nos adentramos a la zona de campo; dejamos las bicicletas arrimadas a un árbol y cruzamos el campo de girasoles.

Esa casa si que daba miedo! Estaba toda oscura, despintada y fea…como los caserones infestados de las películas de terror. Nos armamos de valor y con las linternas que habíamos llevado con nosotros entramos. Recorrimos toda esa casa hasta el sótano, no pasó nada de interesante y decidimos irnos, también porque ya eran las 7 de la tarde y no era bueno estar ahí hasta muy tarde…cuando quisimos alcanzar la puerta para salir de esa casa esta se cerró dejando todo a oscuras.

Al principio no nos asustamos porque teníamos las linternas pero luego empezaron a oírse pasos y risas por todo el cuarto, todos apuntábamos las linternas a donde venía el ruido pero no se veía absolutamente nada; yo ya estaba muerta de miedo pero grité como una loca cuando sentí una mano fría sujetar mi brazo.

Ya teníamos suficiente y Marco alcanzó por primero la puerta, quiso abrirla pero no pudo, tuvimos que romperla a patadas para poder salir de ahí.

Salimos corriendo pero Oscar (el hermano menor de mi amigo Giovanni) tropezó y se cayó, lo quise levantar pero no pude, era como si algo lo estuviese aplastando. El pobre gritaba y yo no sabía que hacer.

De repente me acordé de lo que decía mi abuelita “si algún fantasma o espíritu se aparece reza o insulta” y eso hice. Los dos empezamos a rezar y luego de algunos instantes Oscar se pudo levantar. Lo sostuve porque dijo que le dolían las piernas y no se porque miré hacia la puerta de la casa: ¡¡¡ Ahí lo vi!!!

Era un hombre alto, grueso, con un pantalón oscuro y un buzo claro… lo que me hizo estremecer hasta lo más profundo de mi alma fue el hecho de que no tenia ojos; eran dos agujeros completamente vacíos…como el de una calavera. Tenía todo menos los ojos.

Mis amigos llegaron y dijeron que me encontraron arrodillada con Oscar intentando hacerme reaccionar, estaba como en un trance, completamente quieta y con la mirada clavada en la puerta de la casa. Al final una bofetada por parte de Carlo me despertó, me levanté y miré de nuevo la casa…no vi nada.

Volvimos al pueblo y les conté lo que había visto, no me quisieron creer y yo acabé pensando que fue solo mi imaginación.

Esa noche nos divertimos mucho y contamos nuestra experiencia como una broma, aunque casi nos morimos de el susto. Antes de irme a la cama me di cuenta que tenía una marca roja en el brazo…la huella de una mano grande. No le di importancia ya que podía habérmela hecho mi padre ya que él no es tan delicado conmigo. Pero al día siguiente me enteré que también Oscar tenía en el cuerpo marcas muy grandes.

La semana siguiente alguien notó la puerta rota y fueron a investigar, por suerte no encontraron nada para culparnos pero escucharon también ellos algo. Dos días después el cura nos preguntó si sabíamos algo (él conocía lo locos que éramos y sospechó de nosotros desde un principio). Le contamos con el pacto de que no se lo dijera a nuestrospadres.

Cuando escuchó lo que yo supuestamente había visto se puso pálido como un papel.

-“Hija, ¿estás segura?”-

-“Si padre, ellos no lo vieron pero yo si”-

-“Viste a el espíritu del hombre que vivió ahí”-

Todos nos paralizamos.

-“Así es, hace cincuenta años ahí vivía una familia. Un día la esposa y los hijos se fueron a visitar una tía y el hombre quedó solo. Esa noche fue asaltado por no se sabe quien en su casa, pero parece ser que fueron unos adoradores del demonio porque encontraron su cuerpo en el centro de un pentáculo y también le habían arrancado los ojos”- No pueden imaginar el terror y la angustia que sentí en ese instante.

-“Los atacó porque habían entrado a su casa, tal vez sólo quería asustarlos pero lo enfrentaron y se enfadó”- Cierto, no nos fuimos enseguida…sin querer lo hicimos enojar y nos quiso dar una lección.

El mes después se celebró en esa casa un exorcismo y luego la derrumbaron. Nunca volví a ver a ese hombre…tal vez ahora descansa finalmente en paz.

— Via Creepypastas

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