El demonio de ojos rojos

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Un cuaderno con varios escritos fue hallado en una casa abandonada donde hace varios años vivía un joven matrimonio casi fuera de la ciudad, después de varios años logré dar con una de las personas que había entrado a esa casa y para mi sorpresa me confesó que al entrar y buscar por cosas de valor, se encontró un cuaderno el cual le pedí me prestara para tratar de transcribir y dar algún sentido a la desaparición de este joven matrimonio y al fin después de varios meses conseguí transcribir lo más visible y legible que se encontraba en el cuaderno.

20:00 horas del lunes 7 de junio de 1993.

Al llegar a mi casa a descansar después de un largo día de trabajo me dispuse a cenar para darme un baño y así poder descansar junto a Claudia ya que es inevitable seguir el ritmo de la vida para temprano irnos de nuevo al trabajo, sólo que esta vez algo extraño me sucedió, he tenido sueños como todo el mundo los tiene pero ésto puedo decir con certeza que no lo era.

Al estar dormido llegó un momento en que no me pude mover para nada, por más que hacía fuerza para poder mover un músculo no lo podía hacer, solo pude abrir los ojos y alcancé a ver una silueta negra parada cerca de la cama mirándome fijamente, por supuesto que me comencé a asustar porque no podía hacer nada si esta silueta se disponía a hacer algo; para fortuna mía mi perro al querer dormirse con nosotros en la cama se abalanzó a la misma y con el movimiento que ocasionó me desperté sudando, pero con la certeza de que sólo había sido un sueño.

21:00 horas del viernes 11 de junio de 1993.

Después del primer “sueño” donde esa figura se presenta, pasaron los días sin ninguna novedad, volví a dormir como normalmente lo venía haciendo, pensé que todo se trataría de lo cansado que venía ese día y por eso soñé eso, no le di importancia; al momento de irme a dormir me encontraba sólo ya que Claudia tuvo que salir de la ciudad porque su hermana se encontraba enferma y tenía que verla, yo me quedé, ya que hoy tenía una gran presentación que hacer en la empresa, sólo miré la televisión por un rato y me dispuse a dormir, esta vez nuestro perro se quedó dormido en el jardín.

La noche transcurrió de buena manera pero cerca de las 4 de la mañana comencé a sentir lo mismo que el otro día, no podía moverme y de pronto un sueño irrumpió en mi cabeza, miraba como yo subía las escaleras para entrar en el cuarto pero a mitad de las escaleras volteaba y veía como la misma silueta negra venía detrás de mí, trataba de correr pero no podía, mis pies no respondían y ahí me entraba la desesperación, logré entrar al cuarto pero la silueta no se detenía y también entraba en el cuarto, en ese momento fue cuando pude moverme y de nueva cuenta me desperté sudando y con una sensación de miedo.

23:15 horas del martes 15 de junio de 1993.

Estos días fueron desgastantes ya que en ocasiones no quería dormir porque no deseaba sentir esa desesperación, ese sentimiento, ni ver esa silueta que me venía atormentado, no quise decir nada a mi esposa ya que no quería que pensara que estaba loco y me tachara de lo mismo, sólo esperaba que ésto se fuera como vino; no quiero omitir que el domingo pasado, al estar observando por la ventana que da hacia nuestro corral donde hace años mis abuelos tenían animales de granja, en una bodega que da hacia una de las ventanas, al estar contemplando las estrellas y la luna, escuché el ladrido de nuestro perro, hacía mucho ruido y ya a ciertas horas de la noche es molesto porque puede despertar a los vecinos y no me gustan mucho los problemas de ese tipo, pero en fin.

Bajé hacia nuestro corral y el perro no paraba de ladrar, pensé en ese momento que estaba loco o que probablemente había sido un gato que andaría por hay, tome una linterna y camine hacia allí buscando algo, el perro en un momento se quedó en silencio y me extraño, miré hacia atrás para ver que pasaba y vi a mi perro que estaba mirando fijamente hacia la ventana de la bodega, rápidamente gire mi linterna hacia allá pero no logré ver nada, voltee la cabeza y le dije a mi perro que no me asustara de esa forma, a lo que el perro salió corriendo.

No le hice mucho caso pero tiré la luz hacia la puerta, me quedé pasmado al lograr alcanzar ver una silueta negra que pasó rápidamente hacia el otro lado, empecé a temblar pero quería saber que había ahí y confrontarlo de manera que me armé de valor y entré a la bodega para inspeccionar cada rincón, noté que el ambiente se hizo un poco pesado pero no le di importancia, no logré divisar nada y mejor cerré la puerta con llave y regresé adentro de la casa con mi perro.

21:30 horas del domingo 20 de 1993.

Después de lo que pasó en la bodega, comenzaron a presentarse ciertas cosas que jamás pensé que existieran, se escuchaban ruidos extraños en las noches e inclusive se escuchaban pasos que venían del techo de la casa, al principio traté de ver qué era lo que producía eso pero no logré encontrar nada, en la noche del sábado mientras dormía al lado de mi esposa Claudia, de nueva cuenta comencé a sentirme inmovilizado, no podía mover ni un solo dedo, sabía que de nueva cuenta la silueta negra que venía viendo tenía algo que ver, sólo como de costumbre pude abrir los ojos pero esta vez fue algo más fuerte que de lo normal, pude verlo con claridad, una silueta negra, parecía un hombre con sus ojos color rojo, estaba a un lado mio y lo que más me asustó es que levantó sus manos y comenzó a acercarlas a mi cuello, las acercaba cada vez más y esbozaba algo de su boca.

No lo podía entender por el pánico que sentía en ese momento porque quería estrangularme pero yo no podía moverme; este hombre logró ponerme las manos en mi cuello y comenzó a apretar fuertemente mientras yo desesperadamente trataba de moverme y gritar pero no podía, ni salía ningún sonido de mi boca, lo único que alcancé a escuchar fue algo que dijo este hombre, me dijo “te mataré”.

En ese momento de desesperación porque empezaba a perder aire porque cada segundo que pasaba este hombre me estrangulaba cada vez más fuerte, Claudia como pudo me despertó porque la desperté con los movimientos que hacía aunque en el sueño no podía moverme, me desperté sudando, aterrorizado y fue más el terror cuando mi esposa me dijo que se notaban marcas de manos en mi cuello; en ese momento le conté todo lo que estaba pasando, su reacción fue de terror y acordamos que a primera hora llamaríamos a un sacerdote para que viniera a ver la casa y la bendijera.

19:25 horas del lunes 21 de 1993.

Hoy en la mañana fuimos a la iglesia más cercana para poder hablar con un sacerdote de lo que estaba sucediendo en nuestra casa, se asombró mucho con lo que estaba pasando y nos comentó que el día de mañana iría a la casa para poder llevar a cabo un rito de bendición ya que tenía que ir por el material que necesitaba porque por la información que le dimos, ese ser oscuro de ojos rojos no era cualquier ser, era un ser poderoso y muy malvado nos comentó el sacerdote, nos recomendó que rezáramos y regresáramos a nuestra casa a pasar la noche tranquilos; todo transcurre con normalidad debo admitir, a lo largo del día se han escuchado algunos ruidos y lamentos pero nada fuera de lo común, no ha hecho acto de presencia el hombre negro de ojos rojos, así que siendo las 19:27 mi esposa y yo nos disponemos a cenar y esperar que sea una noche tranquila.

Algo está perturbando de nuevo al perro cerca de la bodega, necesito ponerle fin a esto, voy hacia allá a ver qué pasa.

Éste es el último escrito que contiene este cuaderno, lo demás está en blanco, la gente cercana a la casa de este joven matrimonio cuenta que después de esa noche Alejandro, Claudia y su perro jamás volvieron a ser vistos; al día siguiente el sacerdote como prometió llegó a la casa, al tocar la puerta ésta se abrió sola, extrañado por ésto el sacerdote decidió internarse en la casa y buscar a Alejandro y a Claudia, todo estaba intacto, como una casa normal.

Los buscó por los cuartos y no había nada, pudo acceder al corral y notó que el plato de comida del perro que tenían Alejando y Claudia aún estaba lleno, siguió caminando y observó la bodega que tenía la puerta a medio abrir, se podía percibir un olor que no correspondía al aire normal, era un olor fuerte y asfixiante, un olor pútrido, el sacerdote sacó un pañuelo y se lo puso en su nariz y se aventuró a entrar en la bodega, al entrar ésta se cerró de golpe y sólo se alcanza a percibir gritos desde adentro de la bodega; al igual que Alejandro y Claudia, el sacerdote jamás volvió a ser visto.

Sólo algunos locos aventurados han conseguido entrar a la casa para inspeccionar y poder obtener algunos objetos de valor, entre los que se hayan este cuaderno que se logró localizar en la recámara principal tirado en el suelo; pero hasta este día nadie se ha querido aventurar a entrar a la bodega de la casa que para asombro de muchos, la puerta está entre abierta, ya que temen que su destino sea el desaparecer como sus anteriores inquilinos

Pero la interrogante aún sigue, ¿qué o quién es ese ser oscuro de ojos rojos del que hablaba Alejandro? ¿Por qué lo atacaba? ¿Qué quería de él? Incógnitas que parece ser jamás serán desveladas en este misterio aterrador.

— Via Creepypastas

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