El Carretero

Allá afuera
Allá afuera

En el pasado, la economía local dependía del cultivo del maíz y del trigo; fuera de los pueblos de San Mateo, Calacoayan y Atizapán, todo lo demás eran milpas, donde predominaban las tierras de las haciendas de El Pedregal, Santa Mónica y San Mateo Tecoloapan, del Rancho La Condesa y las tierras de labor de los habitantes de los tres pueblos referidos. Terminada la temporada de cosecha de maíz y el trigo, se cortaban los elotes para ser almacenados, quedando las plantas secas de lo que queda del maíz, siendo usado como pastura para los animales.

El rancho de La Condesa, que debe su nombre a la Condesa de Miravelle, España, y es asiento hoy del fraccionamiento Las Alamedas, fue gran productor de maíz, trigo y leche, así como de tepetate. Este rancho tenía tierras de temporal y de riego, en sus terrenos había un pozo de agua que surtía de riego a las tierras, cuyas aguas se almacenaban en una alberca de 50 metros de largo, por unos 25 de anchura y casi tres metros de profundidad; esta represa se ubicaba al lado sur de la actual bomba donde es hoy el Paseo de las Palomas, y en tiempos de secas la usaban para regar las milpas de esta propiedad.

El actual Camino Real de Atizapán, que pasaba por los terrenos del rancho, fue respetado y es hoy el actual Paseo de Las Alamedas. Durante la temporada de cosecha de maíz nació allí una leyenda: “La leyenda del Carretero”. Se dice que este personaje era un peón del antiguo rancho que aparecía en la temporada de cosecha. La gente que lo llegó a ver decía que era un personaje sin cara, pelo negro, sombrero de paja, sus manos eran cadavéricas, sus ropas eran de manta y los pies de puro hueso.

Su carreta era jalada por un caballo de color negro y de ojos rojos y brillosos; y que al caminar no producía ruido, debido a que flotaba en los caminos de tierra y piedra, entre los árboles del camino Real. En la parte trasera, la carreta transportaba cuerpos de personas, al parecer campesinos, que según la leyenda, eran gente trabajadora del rancho, y que por hambre solían robar parte del maíz y trigo para comer, y que al ser descubiertos por los capataces, eran llevados a “La Casa Grande”, donde eran torturados; los que no aguantaban morían y eran enterrados en algunas partes del rancho. La leyenda dice que el Carretero era un capataz que había torturado y matado a muchos peones del rancho, y que llegó un momento en que su conciencia ya no pudo mas, dejando el trabajo y empezando a vagar por Atizapán, hasta que finalmente murió.

Su alma penaba y recogía las almas de los que había lastimado en vida. A este Carretero se le vio por última vez, cuando se construyó el fraccionamiento “Las Alamedas”.

Autor: Rene

— Via Creepypastas

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