¡Dame una sonrisa!

El Puente Negro
El Puente Negro

Ya han pasado dos años desde mi maldita experiencia, la cual nunca olvidaré. Puesto que he quedado marcado de por vida, en mi mente y en mi cuerpo… Lo trato de olvidar y lo que consigo es recordar, el sentimiento es fatal y ¡no me deja continuar! No sé si vivir o morir, si amar u odiar, si esperar o reaccionar, bueno, lo mejor será luchar…

Esto sucedió para mi décimo séptimo cumpleaños…Era una mañana muy hermosa, como sacada de un cuento de hadas se podía sentir el aroma de las hojas frescas y oír el canto de las aves un ambiente muy hermoso lleno de alegría y paz en cada rincón de mi hogar.

Me desperté a las 7:30 de la mañana era un sábado muy especial ya que era mi cumpleaños, yo estaba totalmente feliz me levanté y me miré al espejo y dije:

“Excelente ya tengo mis diez y siete años, ¡qué bien!”

Me fui al baño me bañé, cepille mis dientes y me vestí. Bajé las gradas y me fui directo al comedor saludé a mis padres, y a mi hermana.

Me felicitaron y me abrazaron, mi padre dijo:

“Vez como pasa el tiempo ya te estás volviendo un hombre, así que debes comenzar hacer más responsable puesto que te quedan pocos años para dejar de ser un niño y comenzar a llevar una vida como cualquier adulto”.

A lo que respondí:

“Claro! Sé muy bien que tengo que ser responsable pero bueno gracias por el recordatorio”. Seguimos conversando mientras tomábamos el desayuno.

Cuando terminamos mi padre dijo:

“Oye, ven, vamos a salir”

“Está bien” respondí, subimos al coche y me dijo:

“Oye, ya que es tu cumpleaños te regalare un nuevo ordenador”, dándome una palmada en el hombro.

“¿En serio? ¡muchas gracias!” contesté.

Él sabía cuándo me gustaban los ordenadores. Llegamos a la tienda y tras búsqueda y búsqueda me decidí y compre una de escritorio que tenía más o menos las características que deseaba, ya sabes la memoria RAM, procesador, tarjeta gráfica, ese tipo de cosas.

Regresamos a casa lleve mi ordenador a mi habitación y limpié mi escritorio, quité mi portátil y conecte el nuevo ordenador, lo encendí y comencé a pasar todos mis archivos; de mi portátil al ordenador de escritorio. Pasaron las horas y mi mejor amigo me llamo por teléfono y me dijo que me visitaría y que no demoraba mucho en llegar.

Paso alrededor de 2 horas ya eran las 3:24 pm y llamaron a la puerta, baje ya que mis padres no estaban y mi hermana no quiso, abrí la puerta y era mi amigo.

“¡Hola, felicidades, ya te estas haciendo toda una dama!” y comenzó a reír.

“Muy gracioso … estúpido” le dije y comencé a reír.

“Que haces parado, ¡entra!” dije y el respondió.

“Espera, ten tu presente”.

Y de su mochila saco un juguete, un payaso de mirada profunda, con una expresión seria y una apariencia muy tétrica y de vestimenta extraña. Me atemorizó al mirarlo, lo trate de ocultar fingiendo una sonrisa y le agradecí. Subimos a mi habitación y puse al payaso en la cama, a lo cual mi amigo expreso:

“No le pondrás nombre?”

“¿Qué, va en serio?” dije con una actitud de indiferencia.

“Bueno, está bien, le pondré Smiles!” dije con un poco de sarcasmo, Puesto a que su expresión facial era de un tipo serio.Conversamos mucho mientras escuchábamos música y jugamos video juegos, dieron las 6:33 pm y comenzamos a sentir apetito dije:

“Oye, ¿tienes hambre?”

“Si y mucha”respondió mi viejo amigo.

“Está bien, vamos por algunas botanas” le dije.

Bajamos y fuimos a la cocina y comimos algunas botanas. Estaba oscureciendo y sentí como cambio mi entorno drásticamente; tétrico, silencioso y podía sentir algo maligno, no me sentía tranquilo, estaba atemorizado y no encontraba la razón para tal situación.

Después de un tiempo mi amigo se fue ya que era tarde, su madre pasó a recogerlo. Al ver como mi amigo se iba y me quedaba sólo con mi hermana, un profundo temor se liberó en mi interior, se me hizo un nudo en la garganta y subí los escalones uno por uno apoyándome en la pared, llegué a la segunda planta y sentí que había perdido mi equilibrio, es que era tanto mi temor a lo desconocido que simplemente no sabía qué hacer, crucé el pasillo solitario hasta mi habitación abrí la puerta y metí solo mi brazo para encender la luz, entre y le puse el seguro.

Giré mi cabeza y me enfoqué en smiles se miraba muy tenebroso pude sentir por un momento que era un ser vivo y lleno de odio y maldad.

Pensé “Es solo un muñeco antiguo no creo que pase o haga nada, qué estoy pensando, ¡es un simple muñeco!”.

Traté de enfocarme en otra cosa y me fui a mi ordenador y comencé a explorar en la internet. Sentí una presencia justo detrás de mí, sentí escalofríos como si pasaran un cubo de hielo por mi espalda comencé a sudar y pude escuchar el ritmo de mi corazón como si este se quisiera salir de mi pecho.

Volteé y lo único que vi fue a Smiles me enfoqué en su rostro y vi que de una apariencia seria en su rostro, tenía una semi-sonrisa. Me levanté y lo metí a mi armario y corrí al cuarto de mi hermana que es 2 años mayor que yo. Le pedí gritando que abriera la puerta, comencé a golpear la puerta tan duro que la abrí!, para mi desgracia mi hermana no estaba en la casa.

Al parecer por culpa de mi temor no percate su presencia, se había ido!

“¡M***da! ¿estoy solo?” dije con un poco de agresividad.

Iba de regreso a mi habitación cuando de repente la electricidad se cortó y como a los diez segundos regreso.

“No por favor que no se corte la electricidad, tengo suficiente con este payaso” dije en voz baja.

Opté por sacar y tirar a Smiles al basurero, abrí mi armario lo tome y lo metí en una bolsa para basura lo llevé afuera y lo tiré al basurero. Regrese a mi habitación y puse algo de música para calmarme y entretenerme en otra cosa; vi la hora en el ordenador y eran las 10:17 pm no sabía por qué mis padres y mi hermana no estaban si ya era muy tarde, no era común.

Así que tome el teléfono y comencé a llamarlos, ni mi padre, ni mi madre, y mucho menos mi hermana respondieron al teléfono. Me sentí fatal al pensar que les pudo haber pasado algo. No tuve opción más que esperar. Pero esa noche parecía que las sombras de los árboles eran espectros y que la luna no reflejaba la luz, estaba muy oscuro y diabólico, justo para una escena de una película de terror, se podía escuchar el soplo del viento pegando en las ventanas y arrancando las hojas de los mismos árboles.

Justo cuando pensé que esa noche no podía ser más aterradora. ¡Sucedió!, la electricidad se cortó, escuche un ruido que emanaba de mi armario, eran como rasguños en la madera. Tomé un bate de beisbol que tenía colgado en la pared, y me dirigí directo al armario, estiré mi brazo, agarré la perilla y la giré lentamente, como si contara los segundos, y halé la puerta.

No había absolutamente nada!, me reí de mí mismo y pensando “¿Seré estúpido?, ¡vaya juegos mentales, creo que miro mucha tv!”

Cerré los ojos por un instante y sentí cómo algo paso rápidamente tocándome las piernas, reaccioné y vie la puerta del armario donde estaba tallado con una letra muy tenebrosa:

“Voy hacerte daño”, escuche una risa, muy aguda lo cual me congelo desde la punta de los pies hasta mi cabeza, sentí como mis músculos se entumecieron y me costó moverme en ese instante, oí que alguien se acercaba detrás de mí muy lentamente paso por paso, no podía respirar trate de inhalar todo el aire que pude, pero sentí que no podía, como si no lo pudiera mantener en mis pulmones.

Escuche su maldita respiración, esta era muy fuerte voltee y justo a unos pocos pasos detrás de mí estaba él:
Payaso 123
Smiles. Vi su rostro, ya no era el mismo tenía una sonrisa de oreja a oreja, mostraba sus dientes y tenía unos enormes colmillos, sus cejas fruncidas y una mirada perversa, ya no parecía un juguete, ya era algo real, lucia como un duende o un gnomo en traje de payaso, podía ver su piel pálida y arrugada, gracias a la poca luz que entraba por la ventana y mire sus manos, tenía unas enormes uñas, filosas por cierto.

Le grite:

“!¿Que m***da eres? Un pitufo!?”

¡No sé por qué le dije pitufo, si éste no se parecía en nada!. Respondió con una vos aguda propia de un payaso pero más siniestra:

“Contare hasta 3 para hacerte sufrir”, “1…2…”.

No dude ni un segundo en salir corriendo de mi habitación y poco después me tropecé y caí de las escaleras ya que estaba oscuro, con el tobillo roto logre avanzar y esconderme en la cocina. Pude escuchar a smiles bajando los escalones; tac…tac…tac.

Tome un cuchillo y me respalde contra la puerta de la cocina, deseando no estar en este mundo espere a que se acercara. Sentí una presencia y ataque con el cuchillo logrando apuñalar a la entidad repetida mente. Era mi hermana! Sentí como su sangre tibia se esparcía a través de mis manos.

Y caía al suelo formándose un charco de sangre. Y mi cara salpicada. Me dijo:

“Por… que… lo has hecho”, sentí como se me salía el alma del cuerpo.

“No, no, no esto no está bien discúlpame!!!” respondí sujetándola y recostándola suavemente en el suelo.

“Que mal chiste!” dijo Smiles, y lo vi a un lado de mí y se me lanzo enzima atacándome frenéticamente, rasguñándome el pecho pude sentir como se abría mi piel, un dolor que me estremecía, sentí como enterraba sus dedos en mi pecho diciéndome:

“Sonríe… dame una sonrisa, no te parece divertido? SONRIEEEEE!” y quede inconsciente.

“Cada vez que duermo tengo la misma pesadilla, y sé que fue real aun cuando no me creyeron y me metieron en este manicomio. Siguen dándome terapias, y medicamentos. Mientras la cicatriz en mi pecho siga diciendo ¡SMILES! Nunca lo olvidare “.

— Via Creepypastas

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