Cine Nocturno

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Este joven acostumbraba a ir continuamente al cine nocturno de la ciudad. Solo había uno en la ciudad en donde el joven Carlos residía, por lo que estaba algo alejado, pero el disfrutaba de ese tipo de ”películas”.

A el le emocionaba la idea de ir al cine a ver la sensualidad aumentada al tamaño de la pantalla, y le creaba una extraña excitación que sea en el cine, compartiéndolo con otras personas, a el le emocionaba más que ver este tipo de películas por Internet. Pero últimamente el cine resultaba estar vacío, por lo que le era mas conveniente ir y tener toda la sala sola para el. Un día como cualquiera, el joven Carlos fue a la función del cine alrededor de las 2:00 am.

Era una película como todas las demás, solo que con trama, lo que a Carlos le resultaba mas excitante, pues se tomaba su tiempo para calentar al espectador. Carlos ya estaba acostumbrado a ver vacía la sala del cine, pero esta vez en particular, pudo ver a un hombre sentado en la última fila. No le tomó importancia.

A el le gustaba sentarse adelante así que solo ignoraría al sujeto. Cuando la función termino el joven se levantó de su asiento para salir de la sala pero le sorprendió no ver al sujeto, tal vez se habría ido durante la función, pensó el joven, así que no le dio importancia y regreso a su casa. El joven volvió al cine a los pocos días, dispuesto a saciar esas ganas que le instigaban a deleitar su vista.

El joven estaba dentro de la trama de la película que ya iba a la mitad, cuando decide voltear solo por curiosidad. Al voltear, ve al hombre de la anterior función, otra vez sentado atrás. Una vez más el hombre se fue antes que el joven Carlos.

A la siguiente función fue igual, vio al hombre en la parte de atrás como las anteriores ocasiones. Fue en medio de la parte mas excitante de la película que el joven Carlos se vio obligado a voltear la vista al asiento del extraño hombre, para confirmar lo que sospechaba. Cada día que iba al cine, encontraba a ese sujeto extraño, solo que ese sujeto cada vez se sentaba una fila mas adelante. Se estaba acercando a el. Y así fue.

Cada vez que iba al cine, notaba que el extraño sujeto se acercaba una fila mas a el, era algo incomodo ya que no lo dejaba concentrarse en la película y adentrarse en su mundo. Pero el joven Carlos siguió yendo al cine nocturno, esperando a ver que sucedía.

Llegó el día en donde solo separaba una fila al joven Carlos del sujeto extraño, el joven Carlos estaba realmente confundido por lo que estaba pasando.

¿Lo estaba siguiendo acaso?

¿Que quería de el?

Entonces al joven Carlos se le ocurrió una idea.

Faltaría el día en que el sujeto extraño debería sentarse en la misma fila que el, así seguro se desharía de el. Como ya lo había decidido, el joven Carlos dejo de ir al cine durante dos semanas, para esperar a que todo se calme.

Pasaron las dos semanas que había pensado faltar y se digno a ir al cine una vez más para ver que sucedía esta vez. Entró por la sala, y como de costumbre no vio a nadie.

Volteaba cada segundo pero sin llegar a ver a nadie, por lo que se canso y decidió disfrutar de la película.

Fue entonces que sin previo aviso se apago la pantalla del cine, al parecer por problemas técnicos dejando al cine completamente a oscuras. El joven Carlos solo pudo esperar a que arreglaran la película, se recostó en los asientos y espero mientras descansaba sus ojos. Al cabo de unos minutos la luz volvió, y la película continuo en la parte que se había quedado.

Cuando el joven Carlos se levanto, se percato que a su lado, estaba sentado el extraño sujeto. Había vuelto. El joven Carlos sintió un escalofrió que recorrió todo su cuerpo y se adentro en su congelando corazón, y sus movimientos.

El sujeto le miraba cara a cara. Su rostro era lo mas aterrador que el joven Carlos había visto en su vida. Sus facciones no encajaban, sus ojos, su nariz, su boca, todo estaba desencajado, el joven Carlos no se imaginaba que existiese deformación alguna en el rostro humano tan inusual.

Fue entonces que el sujeto extraño le miro, y le sonrió. Su sonrisa hizo que su cara se arrugara mostrando una horrible expresión que asusto al joven Carlos.

Cuando llegó el personal de limpieza, encontraron al joven Carlos en su asiento, botando espuma por la boca.

Por más que el joven Carlos insistía, nadie le creía, porque la seguridad del cine solo dejaba pasar a la sala a aquel que tuviera una entrada, y el único que venia siempre era el.

El joven Carlos no volvió nunca más a ir a un cine nocturno.


Author: Escante

— Via Creepypastas

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