A través de la ventana

El Puente Negro
El Puente Negro

No hay mucho sobre el caso de la familia “A”, aún ahora no puedo hablar sobre aquellos detalles que pondrían muchas dudas aún para la actualidad. Ustedes no saben la presión que puede tener un policía cuando de casos sin solución se tratan y mucho menos las miradas de todos preguntando el que fue o el que pasó, finalmente es algo que somos incapaces de responder.

Sería suerte que hubiera fotos, grabaciones o prendas de ropa, incluso cosas como huellas digitales o cabellos, que ya son difíciles de deducir, eso sería mucho que pedir, la escena estaba totalmente limpia y sin más tuvimos que dejar el caso como cerrado.

En aquel entonces yo no llevaba mucho en el deber, debo admitir que no esperaba algo más complicado que un robo o un asesinato, y eso para mí era demasiado, sabía que habría situaciones imposibles de dar final pero lo que pienso relatar va más allá de lo absurdo.

Este chico llamado “Rick”, cuyo apellido no podría revelar para mantener el anonimato de la familia, desapareció unos años atrás después de una serie de situaciones lo suficientemente escabrosas como para decir que sufría de desordenes de personalidad, desde temblores y paranoia, a veces era demasiado pasivo y otras veces se volvía totalmente agresivo, este patrón se repetía cada final de mes o eso fue el testimonio que dio la familia cuando fueron entrevistadas.

No podemos decir si realmente había algo mal con su mente, para ello debimos haber convivido con el joven pero eso finalmente no es una obligación del deber, solo fue arrestado un par de veces por nosotros, curiosamente la mayoría de las veces eran por asaltos en las farmacias, en busca de ciertos medicamentos que solo se obtenían por receta médica, siempre se le veía nervioso y volteando, pero ante mis ojos no era más que otro adicto.

— ¿No pueden escucharlo? —recuerdo sus palabras de aquel entonces, se repetían cuando lo interrogamos después de su tercer arresto— ¿Por qué no pueden escucharlo? —cualquiera con un poco de juicio lo hubiera mandado al manicomio pero no sabría decir las razones por las que su familia dudaba— ¡No debo dormir! ¡Debo fingir que duermo!

A decir verdad me daba escalofríos el solo pensar quedarme a solas con ese joven, aunque nunca había mostrado resistencia ante un arresto o nunca había mostrado una actitud violenta hacia nosotros, siendo tan solo un menor de edad ¿Qué peligro podría representar? Eso era lo que la razón me decía, pero su actitud me hacía pensar que era impredecible ante cualquier estimulo.

Después de algunas platicas con sus padres y varios arrestos más que consistían en el mismo delito, un robo a farmacia con cuchillo en mano en busca de cualquier medicamento que contuviera “modafinilo”, los padres por fin accedieron a llevarlo con un psiquiatra, después de ello no hubo más arrestos a este joven y podría decirse que se había cerrado el caso, aunque lo que pasó después fue lo extraño del asunto.

Meses después se nos fue reportada una desaparición, fue un 1º de Abril, pero debido a que se deben esperar 72 horas una vez desaparezca la persona, nosotros no empezamos nuestra búsqueda hasta el día 4 de Abril, y siendo un caso verdaderamente frustrante.

El joven que había desaparecido no era otro que el propio Rick “A”, lo cual no hubiera sido del todo sorprendente si no fuera por la escena del crimen, si se le puede llamar de este modo, que dejo la desordenada vida de este joven, intrigado en parte por la falta de pistas decidí encargarme personalmente del caso, en una obsesión por saber lo sucedido.

Hicimos algunas preguntas, lo rutinario, como era él, que hacía y cuál era su rutina, la familia se mostraba dudosa, el padre comentó que llevaba tiempo sin entender a su hijo cosa que confirmo su madre y la pequeña niña, hermana del desaparecido, afirmó que su hermano se había vuelto lo que muchos catalogarían “extraño” e incluso “anormal”, cosa de lo que tome nota.

Rick se levantaba a las 7 de la mañana e iba al colegio, preparatoria para ser exactos, salía las 2 de la tarde, después de eso volvía a casa sin platicar con alguien, su familia afirmó que se había vuelto algo antisocial e inclusive arisco con las otras personas, por ello después entraba a su casa, su padre y madre estarían en el trabajo por lo que el llegaría a buscar algo de comida y estar un rato con su hermana pequeña, después él se encerraría en su cuarto y no saldría hasta el día siguiente.

Se afirmo que su actitud extraña empezó hace más de un año, antes siendo él un joven normal que era parte de un grupo social y salía más seguido, pero algún evento se presentó por los meses de Enero y Febrero del año pasado que hizo que él cambiará su personalidad abruptamente, empezando a aislarse y a dormir temprano, volviéndose sumamente sospechoso cada final de mes, por lo que decían, había un patrón.

Después de un mes de investigar los testimonios nos llevaban a nada, habíamos inspeccionado su cuarto de pies a cabeza, era claro que posiblemente pudiera ser un adicto debido a todo lo mencionado con anterioridad, pero no había un desorden de pistas o un testimonio claro de que tuviera una adicción, al contrario, la familia afirmó que su hijo era sano, solo que como ya habían testifica, al final de cada mes su comportamiento sospechoso era referente al miedo de dormir solo.

Comentan al inicio pedía dormir con ellos, pero una actitud tan infantil era impropia para un joven de 17 años, por lo que le negaban la petición, posteriormente se dice intento dormir en el cuarto de su hermana pequeña pero no surtió un efecto positivo, parecía un joven contrariado y asustado, “Parecía que escapará de algo” dijo su hermana.

También afirman que hacía lo posible por no dormir cada final de mes, desde consumir demasiada cafeína hasta incluso ponerse a ver infomerciales en la noche, a veces se escuchaba la computadora y tenían que forzarlo a ir a la cama, y aún después de eso al día siguiente era el primero en levantarse con una mirada devastada en sus ojos, pero no sabían que le sucedía.

Para este punto podría pensarse que quizás había alguien detrás o simplemente estábamos tratando con alguien que sufre esquizofrenia, aún así había demasiados cabos sueltos que se repetían en un patrón… ¿Por qué cada fin de mes? ¿Por qué esa necesidad de no dormir? ¿Por qué ese inexplicable miedo? Cuestiones que no paraban de rondar en mi cabeza.

Lo extraño del cuarto del chico era el orden, era quizá demasiado ordenado, la ropa doblada y acomodada y los libros en un estante, la cama estaba tendida, y todo estaba limpio atrás de unas cortinas cerradas por las que no entraba ni un rayo de luz, pero eso no se debía a que las cortinas fueran gruesas o de un color obscuro, las ventanas estaban pintadas de negro, de tal forma que ninguna imagen pudiera ser transmitida a través de ellas.

¿Qué rayos pasaba? Algo era claro, era un evento que lo ponía nervioso, y se repetía cada mes, en una actitud antisocial e inclusive considerada egocéntrica, donde había llegado a este punto en que había desaparecido… ¿Se había ido? De ser así, ¿A dónde? ¿Por qué?

Fue cuanto descubrimos un compartimiento secreto entre las tablillas de su piso que encontramos ciertos documentos, o más bien, libretas escritas por la persona en cuestión, no eran nada del otro mundo, a decir verdad la mayoría eran garabatos inocentes y sumamente absurdos, fue entonces que al mostrarlos la familia revelo algo que podría ser considerado sin relevancia en su momento, pero ahora me resultaba intrigante.

Rick era un fanático de lo paranormal, su hermana afirmo haberlo encontrado muchas veces en la noche viendo vídeos en la computadora sobre historias de terror, o mostrar una simple sonrisa cuando algo escabroso aparecía o era contado, tanto en la televisión, en la revista o en un simple periódico, un gusto común para los jóvenes de su edad, un gusto que había perdido el año pasado, justo cuando empezó su extraña actitud.

Las libretas no contenían más que notas, cosas como historias de terror, algunas muy famosas en internet como “Slenderman” o “Jeft the Killer”, otras parecían ser de su autoría, incluso contenían su firma, y algunas páginas tenían dibujos, ante mis ojos no era más que un joven más con un gusto peculiar, nada de que atemorizarse.

Las demás libretas eran sobre lo mismo, en realidad no tenía mucho interés sobre el asunto o sobre leerlas, pero sabía que algo debía estar oculto ahí, ¿Por qué Rick había dejado de gustar de esto? ¿Por qué las había ocultado? ¿Acaso tendría que ver con su desaparición? Pensando sobre ello decidí llevarme el material a casa y empezar a leer página por página de toda esa recopilación de historias de terror, aunque no sabría bien que sería lo que encontraría.

Repito que no tenía ningún interés, por lo que esto se me mostró como algo tedioso, leí cada historia que me fue posible, sin sentir ninguna emoción, pase página por página tratando incluso de ver si había un patrón de letras, como un mensaje oculto, aunque eso sería ser demasiado paranoico o esperar alguna escena de tipo película en la que el detective encuentra un misterio digno de terror, pero lamento informar no fue así.

Parecía que Rick clasificaba cada anécdota por libreta, una era exclusiva de historias de entes o seres sobrenaturales, otra daba lugar a investigaciones no concluidas sobre lugares que podrían considerarse malditos, otra era referente a objetos y otra era sobre sus experiencias.

Esta última libreta no tenía ninguna peculiaridad, tenía muy pocas página y escribía sobre lo que él había considerado extraño, excitante y paranormal, aunque no como un diario, no contenía fechas ni orden, y la forma en que estaba redactada daba la idea más bien de que él no era más que un simple espectador, entonces uno pensaría que no había nada extraño, pero algunas páginas me llamaban la atención, decían pruebas y ponían un titulo, así entre paréntesis ponía que libreta abrir y que buscar.

Un ejemplo muy claro fue una página donde anoto “Blind Maiden”, indicaba se debía abrir la libreta de rituales y buscar el mismo nombre, debo admitir que estaba realmente ordenado en ese sentido, después de eso se encontraba la descripción de la historia y los detalles, pero después el escribía su experiencia sobre dicho evento, afirmaba haber hecho todas las reglas y encontrarlo como “Falso”, ahí en esa página explicaba el porqué y como se sintió al respecto, fue como entendí que su gusto iba más allá que recopilar las historias que más le habían gustado, sino él estaba decidido a experimentarlas y a decir si eran reales o no.

Seguí leyendo aquella libreta con un poco más de cuidado, teniendo a la mano las otras dos libretas, la mayoría de las cosas ahí decían ser falsas y parecía a Rick le satisfacía desmentir todos esos relatos, ya que escribía con detalle todo lo que había hecho en cada ritual, iban en orden desde el primero que hizo hasta el último, repito que no era una lista muy grande, pero al final de lo escrito se encontraba “El juego de la ventana”.

No me llamó mucho la atención el titulo, pero la palabra “ventana” era una palabra clave en mi investigación, después de ver lo que estaba en su cuarto, pintada de negro, uno no evitaría preguntarse ¿Por qué? Y pensaba que al leer esto encontraría algo que me llevará a una solución, pero al contrario, me llevó a tener más dudas, incluso de mis propias facultades mentales.

El ritual no era complicado, se describía como un desafío solo digno de los más osados de lo paranormal, era fácil de iniciar pero requería de demasiada paciencia en cada mes, donde la persona en cuestión, quien desee jugar, debería en el último día del mes cerrar las cortinas y ventanas de manera sospechosa para luego ir a dormir, se describía que era normal que nada pasará la primera noche y por ello se debía seguir así cada mes hasta que algo pasará, entonces cuando uno se despertará a mitad de la noche por pequeños golpes en la ventana, podría decirse que el juego había empezado.

El juego consistía en fingir que duermes, el ente tocará a la ventana pero sin importar que no se deben abrir los ojos y perder la compostura, uno debe aparentar que duerme, entonces el juego durará toda la noche y cuando la luz entre se podrá decir que uno gano el juego, pero quedaba la pregunta de que no se sabía que pasaba con los que lograban ganar.

Cuando leí todo esto, complementando con la descripción del joven, las piezas empezaban a embonar en el caso, desde la ventana, la actitud de final de cada mes e inclusive su tendencia a no dormir, todo encajaba con este extraño relato, aún así se me hacía demasiado ridículo como para decir que había encontrado la mayor pista de todas, aún así no negaba las coincidencias.

Nuevamente en la libreta se relataba su experiencia, dónde afirmaba que de no funcionar en menos de 12 meses dejaría de intentar, así narraba lo aburrido que era, llego a escribir el mes y poner a su lado las palabras “Sin novedad”, al final aparecía el mes de Febrero, lo escrito a lado no era nada anormal, a no ser que la letra se veía viciada, como si al escribir él hubiera sufrido algún tipo de temblor o problemas para sostener la pluma, decía “Fallé”, fue todo lo que se obtuvo de esa libreta, después de eso no hubo nada más escrito.

Después de eso, mencione lo encontrado a la familia, los padres se mostraron escépticos y no los culpaba, ni yo sabía que estaba intentando decirles, aún así la hermana del susodicho se mostró interesada, quizás por la edad, supongo que para gente tan joven esto es una novedad, un caso muy claro Rick.

La chiquilla montó ciertas preguntas sobre lo que escribió su hermano, no le di mucho detalle, puesto no había mucho que comentar, pero comenté a ella y a sus padres sobre su experiencia escrita sobre “el juego de la ventana”, tratando de aclarar si esto no podría representar algún indició de desorden mental en su hijo, debo admitir que desaté la furia de los padres.

Aún así la hermana comentó que su hermano solía murmurar sobre ruidos que escuchaba y a preguntaba si los podía escuchar, afirmo que se sentía asustada sobre el asunto pero no había mucho que hacer, así mismo recordé su cuerpo temblando cuando lo interrogamos hace tiempo y las preguntas que hacía, en su momento podría pensar que trataba con algún tipo de loco, y cada vez me sentía más seguro sobre ello.

Lamentablemente llevaba casi un año investigando del caso, sin ningún avance, al final se tuvo que dar por cerrado, nunca se supo que fue de Rick “A”, nunca fue encontrado un cuerpo o alguien que le reconociera, hubo afirmaciones de que nunca se le vio salir de la casa, ni si quiera por las ventanas, solo estaban esas libretas y esas historias, nada que decir.

Concluí a la familia que su hijo sufría de esquizofrenia a causa de las cantidades de historias que leía y de las cuales poco a poco su mente empezó a formar parte, les argumente que eso posiblemente se desató en su momento a un tope de locura que hizo que escapará, lo cual es algo que no podría responder, en el exterior donde fue buscado nunca se encontró pista alguna, y no había personas cercanas a las que preguntar, Rick no tenía a nadie cercano, eso y más argumente antes de meter todos estos documentos al archivo, y fue ahí donde quedo sepultado el caso “Rick”.

Han pasado algunos años desde eso, y yo lo había olvidado como un caso extraño, ya no tenía mucho interés de saber la verdad, hasta yo como policía sabía que había cosas donde uno nunca debía meter sus narices porque las respuestas nunca serían claras, así que decidí continuar mi vida.

Pero hace unos días, antier, tuve que reabrir para mi mismo estos archivos, un compañero del trabajo ha quedado a cargo de un extraño caso, no me sorprendería y por lo general no me interpondría a no ser que es la familia “A” quien está involucrada, el caso es la desaparición de su hija Marga, la hermana menor de Rick.

Un nuevo caso se ha abierto, llevando el nombre de la joven, las situaciones son las mismas y por lo que se los padres están completamente devastados, la única pista es una nota que dice “Nunca más, el juego de la ventana nunca acabará”.

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— Via Creepypastas

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