Cadenas: Tras mi ventana

La historia que contaré es totalmente real, eso lo sé porque es una de mis peores experiencias, nunca creí que llegaría a sentir tanto miedo por algo. En ti está el creerme o pensar que estoy loco.
Me encontraba en mi habitación, la cual quedaba en el segundo piso de mi casa, a eso de las 1:30 de la madrugada del día 14 de julio. En la televisión daban un programa nocturno un poco aburrido y por esta razón me fui a mi habitación, creí que ya era hora de dormir y me acosté, entonces comencé a pensar en una historia romántica que había leído, algo muy tierno y dulce. Todo estuvo bien hasta ese momento.
En completo silencio me encontraba cuando repentinamente escuché un ruido de pisadas. Había visto miles de películas como Hay alguien en la casa, La puerta de mi pieza no tiene cerrojo, ¿Qué hago si viene aquí? , así que me aterré, pero luego me convencí de que el ruido era de la casa de los vecinos pues mi barrio es muy silencioso. Traté de seguir durmiendo pero escuché otro ruido. Esta vez no era un ruido común y corriente, eran rasguños… Algo o alguien estaba rasguñando mi ventana. El primer sonido fue tan fuerte que por instinto abrí los ojos, entonces miré mi ventana y tratando de calmarme pensé: “De seguro son los pájaros que se meten al entretecho” pero el ruido siguió y en distintos tonos. Unos en el vidrio y otros en la madera, cada vez más largos y repentinamente fuertes, variando bruscamente.
Traté de no tener miedo pero recordé que no era la primera vez que sufría de eso. Unos meses atrás había sucedido lo mismo pero eran las 3:40 de la madrugada y “eso” no se percató de que yo lo oía por lo que los ruidos eran cortos y suaves. Ésta vez sabía que yo estaba escuchándolo, lo sabía y al parecer le encantaba. Poco a poco mi hipótesis de “pájaros en el entretecho”, fue desvaneciéndose. Esos sonidos no podría formularlos un pájaros y menos uno tan pequeño como para caer en el entretecho de mi casa…
Mi corazón se aceleró hasta el punto en el que sentía su palpitar por todo mi cuerpo, respiraba rápidamente y me aferraba a las sabanas mirando el espejo que reflejaba la ventaba. Entonces lo vi, la sombra de unas garras largas parecidas a las de las aves pero de más o menos 20 centímetros. Cerré lo más fuerte que pude mis ojos y traté de no pensar en ello. No sé específicamente cuanto tiempo estuvo esa cosa fuera de mi ventana… no sé lo que es y sinceramente no deseó saberlo.
Últimamente he padecido de insomnio pero me refugio en mi computadora portátil. Me da terror el pensar que esta noche podría suceder de nuevo por lo que me dormiré con el televisor encendido, así quizás no lo escuche y el tampoco me escuche a mí. Buenas noches y de corazón deseo que nunca pases por lo que estoy pasando yo.
— Via Creepypastas