Bocas por ojos

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Dime ¿Qué opinas sobre esas personas que hablan de más? ¿O esas otras que creen tener una fantástica vista para cualquier asunto? ¿Quieres saber qué pienso yo sobre estos tipos? La verdad es que nunca le he dado importancia a esa gente, por mí que presuman lo que quieran con esa boca llena de soberbia sobre lo fantásticos que son. Pero ¿Te has encontrado con alguien que tenga una buena vista y que sepa estar en silencio? Yo sí que soy así, y aunque te cueste creerlo, no es que quiera darme por aludido, he tenido que volverme así de ingenioso. ¿Por qué? Supervivencia. Sobrevivir ante el horror de “esta realidad”, de un mundo donde reina la demencia y la maldad. No me crees ¿Verdad? Quiero contarte mi historia, una anécdota de mi vida que me a vuelto la persona en la que me he acabado convirtiendo…

Para entender a qué me refiero, tendremos que remontarnos a cuando era un estudiante de ESO, cuando cursaba tercero. Estaba a mitad de curso y por aquel entonces era alguien muy extrovertido, tenia confianza en todo el mundo y era un poco infantil. Pero ese día cambiaría mi perspectiva del mundo. Resultaba que mi tutor se había puesto enfermo y vendría alguien nuevo a sustituirle. Cuando entró el nuevo profesor, la gran mayoría vieron a una profesora encantadora y hermosa… Excepto yo.

Lo que yo vi, ni siquiera era humano. Lo que vi era un ser pálido, repugnante y baboso, con unas garras sumamente afiladas, y por piernas tenia tentáculos. Pero lo más espantoso de ese ser era su rostro, carecía de nariz y oídos, y por ojos tenía dos asquerosas bocas y sí, también tenía una tercer boca pero esta estaba cosida. Joder, aún me da nauseas el recordar a ese engendro. Me di cuenta rápidamente que nadie había percibido el verdadero aspecto de ese ser, así que decidí fingir una absoluta ignorancia ante ese monstruo.

Durante el resto de la lección, mis compañeros estuvieron muy atentos, a “la profesora”. Aquella cosa hablaba por las dos bocas que tenía por ojos, por una, sonaba una voz muy aguda y por la otra, una grave. Parecía que mis compañeros, escucharan la voz más seductora que jamás hubieran oído porque no paraban de mirarla como si fuera una diosa. En cambio, yo estaba aterrado, pensaba que en cualquier momento acabaría vomitando del pánico que sentía…

Cuando finalmente acabo la clase, recogí rápidamente mis cosas y escape al lavabo más cercano pero entonces aquella cosa me dijo desde lejos que quería hablar conmigo. ¿Qué sería lo que querría? Cuando se fueron todos, “ella” cerró la puerta y me dijo:

_- Veo que te has dado cuenta. _

– ¿Di-disculpe?

– No te hagas el tonto, sé en qué estás pensando, insecto humano. Tranquilo, será rápido y te aseguro que no sentirás nada. – Mientras decía esto, abrió sus garras e iba caminando despacio hacia mí.

– No sé de qué me habla, se lo ju…

No pude acabar la frase, porque en aquel instante, abrió la tercera boca que tenía cosida y soltó un grito que no podría describir. Solo cómo se veían los hilos que cerraban su boca, desgarrarse de sus labios, ya es macabro de explicar, el recordar aquel ruido que salió de aquel orificio con labios, me perturba la mente. Lo único que puedo asegurar es que no era un sonido de este mundo.

Temblé, y empezaron a llorarme los ojos. Estaba paralizado y los oídos me pitaban. Caí de rodillas y aunque tenía miedo, mi vista se poso ante aquel monstruo. No sé lo que dijo pero pude ver que movía los labios de las tres bocas y levantando aquella garra con la intención de arrebatarme la vida. Y justo cuando sus garras iban a matarme, me aparté hacia un lado. Tal vez fuera el miedo o el instinto, pero algo en mí, me impedía rendirme sin más ante una muerte segura.

Esa cosa, empezó a reír y no estoy seguro de lo que dijo, pero creo recordar algo así como: Una lástima, ahora sufrirás lo que pocos han sentido. Intenté abalanzarme sobre la puerta pero estaba cerrada con llave. Miré detrás y esa cosa me enseño en uno de sus tentáculos, las llaves de la puerta y con un movimiento rápido, sentí una fuerza que me empujó contra la pizarra. Caí al suelo, y varios trozos de pizarra cayeron sobre mí. Intenté agarrar uno pero un tentáculo aplastó mibrazo e hizo un sonido de crujido. Sentí un horrible dolor e insulté a la madre de aquel ser.

– Si quieres insultar a alguien, hazlo ante tus ancestros por concederte una evolución prematura. – Me contestó.

Me levantó en el aire por el brazo que tenía sujeto y justamente cuando alzó su garra para a matarme, pude clavarle un bolígrafo que tenía en mi bolsillo en su cuello. Aquel engendro me soltó y empezó a cogerse del cuello mientras caía en el suelo desangrándose en un líquido negro y volviéndose en una especie de gas que desapareció en el suelo.

Cuando llegaron los profesores, no había rastro de aquel ser y me pidieron que diera alguna explicación sobre lo acontecido. No pude responder y supusieron que me habría peleado con algún grupo y que me habían encerrado en el aula. Me dijeron que me fuera a casa y que ya tendría una conversación con la directora.

Mientras volvía a mi hogar, pude ver para mi horror muchos más de esos seres por la calle. En un grupo de pandilla, el panadero de mi barrio, y el conductor del autobús al que subí. Intenté tranquilizarme. Pero el verdadero horror no había hecho más que empezar, durante el viaje, vi a través de la ventana de mi asiento a una pareja enrollándose, a una chica y a uno de esos engendros y mientras se estaban liando, el monstruo sacó por las bocas que tenía por ojos, dos cucarachas que se metieron en los oídos de la chica. La chica empezó a tocarse la cabeza y vi cómo poco a poco se iba transformando en una de esas cosas. Me bajé en la siguiente parada y me encerré en mi cuarto deseando que fuera una horrible pesadilla…

Hoy día, sigo viéndolos y cada vez son más, no sé si son alienígenas, demonios o un virus mutante, solo sé que tienen un objetivo y que yo puedo verlos. Es muy probable que desde hace tiempo hayan tomado el control del mundo, en la ciencia, en la religión, y en la política.

Últimamente he notado que me siguen y es muy probable que esas cosas acaben atrapándome para volverme uno de ellos, solo espero que este mensaje sirva para advertir al mundo.


Autor: Cordura

Continúa en: Mosaico 23

— Via Creepypastas

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