Bajo la cama
Me encontraba con mis dos hermanos en mi habitación jugando mientras mis padres habían salido a cenar. Nos habían dicho que volverían muy tarde, es por ello que aprovechamos ese tiempo en el que nunca nos dejaban quedarnos despiertos hasta tan tarde para poder divertirnos lo máximo posible.
Yo y mi hermano del medio nos encontrábamos jugando a la computadora, mientras que el más chico estaba jugando con una pelota dentro de la habitación, lo cual era bastante molesto debido al ruido que hacía y que frecuentemente tiraba ciertas cosas, es por ello que muchas veces le dije que utilicé otra cosa para jugar, pero no me hizo caso, incluso le advertí que le iba a contar un cuento de miedo cortopara que de esa manera se atemorice, pero no me hizo caso.
En un momento se le cayó la pelota debajo de la cama, y nos pidió que la recuperáramos por él ya que tenía miedo, pero nosotros no le hicimos caso e incluso le dijimos de muy mala gana que la buscara él mismo si la quería de vuelta.
Luego de pasar mucho tiempo jugando a unos juegos nuevos que tenía en mi computadora, le pregunté a mi hermano dónde se encontraba Martín, debido que no lo escuchaba hace un rato. Como tampoco sabía le dije que fuese a buscarlo a la cocina y que de paso me trajera un sándwich. No escuchaba a ninguno de los dos así que le puse pausa al juego. Al bajar de la silla en donde me encontraba pensé que quizás se estaba escondiendo en algún lugar. Me acerqué a la cama en dónde se le había caído la pelota y sentí un ruido, supe de inmediato que era él.
Incluso al pararme al lado de la cama me espezó a tocar el tobillo del pie con su mano, pensando que me iba a asustar. Me dio mucha risa pero quise seguirle el juego, siempre lo hacía asustar con mis cuentos de terror, esta era s venganza. Esperando que saliese y me dijera “Buu, caíste” escuché a mi otro hermano que me gritó: “Aquí está viendo televisión en la cocina”. De un salto estaba al otro lado de la habitación mirando desconcertada que bajo de la cama solo estaba la pelota de mi hermano y un par de calcetines sucios.
— Via Creepypastas