Amor de hermanos

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Para los griegos existen 4 tipos de amor:

EROS: el amor carnal entre las parejas (el que te venden en las películas)

PHILIA: el amor a los demás como muestra de hermandad (tus amigos y conocidos)

ÁGAPE: el amor puro a lo sagrado (devoción a la religión que profesas)

STORGÉ: el amor a la familia (no puedo aclararlo más)

Es con este último que empieza mi vida.

Nací en un hogar apacible, un padre y una madre, y mi hermano Kenny, que era mayor que yo por 3 años. Él y yo siempre estábamos peleando, no como enemigos, sino lo común, quién se queda con el control, con la litera de arriba en el camarote, quién tiene el juguete azul y el rojo… ya saben cosas de niños, aún así, siempre estábamos juntos, si hacíamos una travesura nos cubríamos la espalda, aunque nos castigaran a ambos la lealtad era esencial. Él siempre fue más temerario que yo, llegando al punto de la imprudencia, yo siempre fui más débil que él, tanto en fuerza como en la salud, pues siempre fui algo enfermizo y frágil. Aún así, podría decirse que yo cuidaba de él, como la voz de su prudencia, trepar a un árbol está bien, cortar un cable de alta tensión y amarrarlo en un árbol frente a un precipicio para lanzarse como Tarzan, malo, aunque no me escuchó, y aunque el cable no tenía electricidad, lo que fue un alivio, sí que se fracturó la pierna al caer de diez metros más o menos, sobre unas rocas enormes.

Al crecer mi hermano se distanció un poco de mí, yo lo atribuía a los estudios, que consumían mucho de nuestro tiempo y energía, no le tomé importancia, aún tenía a mi hermano, o eso creía.

Cuando ingresé a la secundaria él ya cursaba sus estudios mayores, y con un horario que me mantenía 12 horas en el instituto, el tiempo con mi hermano se redujo aún más. No es que me queje, sólo extraño esos días donde todo era más fácil.

Por fin se dio la oportunidad de estar con mi hermano otra vez, un campamento, muchos amigos tanto suyos como míos irían, pero con quien más quería estar era con él.

Pasaron las 3 primeras noches tranquilas, a excepción de algunos escandalosos en la otra tienda (no es correcto que hable sobre esto pero espero hayan llevado preservativos).

El cuarto y penúltimo día de campamento se avecinaba. Con los rayos del sol, todos despertamos temprano (los que no bebimos, incluidos mi hermano y yo) como el fin era explorar dividimos el territorio en cuadrantes, que por cierto era una montaña con bosques de pino y ciprés y uno que otro cafetal. El sector a explorar fue el que marcamos como 3B en un mapa dividido en recuadros de 3×3, después de un camino accidentado encontramos una quebrada, con agua limpia y muy fría y pequeños cangrejos de agua dulce, seguimos la quebrada hasta el nacimiento y encontramos una poza con una pequeña cascada, las chicas se zambulleron, tiramos a mi amigo Kevin al agua y luego nos unimos a ellos, todo habría marchado bien de no ser por… ella.

Todo era genial, pero mi hermano se alejó, yo lo seguí, pero era mucho rápido para mí, parecía seguir algo, cuando por fin le di alcancé le dije jadeando, – ¿Qué tratas de hacer? Nos divertíamos allá, ¿qué te pasa? – luego noté que sus pupilas estaban dilatadas y su mirada perdida, lo primero que asumí fue que consumió algún tipo de droga, si bien él no hacía eso, cabe la posibilidad, después volvió en sí y me dijo, – ¿La has visto? – no sabía a qué se refería, – ¿La has visto hermano? ¿No es hermosa? ¿Acaso su voz no es la de un ángel? – ¿De quién diablos hablas? Aghh la próxima vez registraré a esos idiotas, mira lo pendejo que estás, espero que no sea permanente- le dije en tono molesto, luego volvió a mirar y dijo – Heeee John, ¿dónde estamos? ¿Qué pasó con los demás? – realmente se veía confundido, ¿qué podrá haberle pasado? – pensé meditabundo mientras regresábamos con los demás.

Esa noche creí que todo sería normal otra vez, pero mi hermano se levantó a altas horas de la noche, salió de la tienda a quien sabe que lugar, al principio dudé si era al baño al que quería ir, pero se internó en el bosque, decidí seguirlo. Corría como si no se cansara nunca, uff debo dejar el sedentarismo, siento que voy a vomitar el corazón. Perdí su rastro, y de repente escuché una dulce melodía que venía de el interior del bosque, por alguna razón, ya no estaba exhausto, y corrí hacia la fuente de tan hermosa música.

Al llegar vi a mi hermano en brazos de una mujer joven, de tes blanca, cabello negro largo y liso que llegaba a la cadera, con un vestido blanco que parecía ser un poco translúcido. Sentí el impulso de acercarme, pero al ser un poco torpe tropecé en una rama que estaba en el suelo, golpeándome la cabeza. Dejé de oír los cantos, y al levantar la mirada vi a mi hermano, en brazos de lo que parecía el cuerpo en putrefacción de una chica, parte del cadáver había sido devorado por los insectos, su ojo le colgaba, se veía como las larvas se movían bajo la piel, el vestido no era translucido, estaba rasgado. Corrí con mi hermano haciendo un esfuerzo por no vomitar, – Kenny debemos irnos – No, John, yo me quedo con ella, es tan hermosa – Idiota, está muerta joder, ¿cómo puedo hacerte entrar en razón – lo tomé en mis brazos, él quería aún al cadáver, le di un puñetazo y le grité que reaccionara. No dio resultado. Entonces le dije poco a poco, todas las cosas que hicimos cuando niños: la vez que rompió mi bicicleta al tratar de hacer un truco con ella, quedando con el manubrio en la mano hasta que cayó; la vez que congelamos bolitas de gel y las usamos como proyectiles con las hondillas. Poco a poco él me vio y se sobresaltó al ver la realidad. Despertamos a todos, y luego de marcharnos llamamos a la policía, ellos buscaron, pero no hallaron nada. Cerraron temporalmente ese lugar, hasta terminar las investigaciones pertinentes. Ya pasó una semana desde eso, y por las noches seguimos escuchando ese canto, no como la primera vez, que era hermoso; místico y seductor, ahora sonaba tétrico y sin vida, como era ella. Sólo nos toca esperar a que la encuentren, esperar que ninguno de nosotros se vuelva loco, pero al menos sé, que puedo apoyarme en mi hermano, y esperar a que a ninguno nos abrace la locura.

— Via Creepypastas

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